lunes, 12 de septiembre de 2011

y si nos juntamos a comer un asadito?


Domingo de asado con la familia. Eso es la felicidad. Cuando empieza el tiempo lindo todos los uruguayos pensamos en el asadito del domingo. Fondos, frentes, patios y azoteas sirven para armar una buena barbacoa. alcanza con un medio tanque y una parrilla, todo lo demás ya lo tenemos y no molestar a los vecinos con el humo, de lo contrario, lo mejor es invitar al vecino al asado.
Una buena carne asada tiene su mérito, desde el momento de comprarla, hay que saber elegir. Se puede comprar asado de costillas, pulpón o tapa de nalga y también la entraña puede servir. El asado de tres costillas es un corte interesante y la carne es muy tierna, las costillas redondas o con lomo, incluso las costillitas de cerdo también se pueden hacer a las brasas, teniendo en cuenta que se cocinan muy rápido y pueden quedar secas se puede usar un disco de arado o una plancha. 
Los días de asado en familia son una fiesta en casa, me gusta ser la anfitriona. Me pongo un delantal que tengo con una flor pegada en el frente, uso generalmente falda, me gusta la combinación de falda y delantal. El ritual de preparar la mesa es muy disfrutable, elegir el mantel, poner cubiertos, panera, servilletas, las copas para el vino y los vasos. El hielo en la hielera para el wisky que toman los varones y por supuesto el vaso para el asador. Mi hermano mayor es el mejor asador del mundo, virtud que heredó de mi padre, sabe como hacer un cordero, un lechón, un asado de carne vacuna o un pollo. Tiene todos los tiempos y los aderezos que lleva cada uno, lo acompaña con un buen wisky que toma lentamente intercalado con agua natural. Se toma su tiempo para preparar la carne y prende un fuego que invita al regocijo. Cuando mi hermano hace el asado no hay que tocar la parrilla, y él se encarga de conocer los gustos de los comensales para que cada uno coma la carne de la manera que le gusta: jugosa, sequita, crocante, con grasa, sin ella, grueso, fino, en fin para todos los gustos. 
Me gusta encargarme de los detalles.La criolla: morrón, cebolla y tomate picado chico y condimentado con aceite y vinagre. Las mayonesas con gustos: ajo, perejil, morrón, y aceitunas. Las ensaladas: tomate con orégano y aceite de oliva, lechuga tomate y cebolla, repollo blanco, zanahorias ralladas y choclo, cebolla en rodajas y cubitos de naranja. Los morrones están listos para la parrilla: cortados al medio y en cada mitad trocitos de queso parrillero, queso blanco de cabra y aceitunas, con un chorro de aceite de oliva, colocados en un pincho para traerlo a la mesa. Los boniatos y las papas se envuelven en papel aluminio y se tiran cerca de las brasas.


El trasiego de cosas, puede resultar cansador pero genera adrenalina, todos trabajan, los niños y los invitados, cortar y llevar el pan, poner el hielo en la hielera, faginar las copas y vasos, doblar servilletas, acomodar los platitos de la picada y poner música. 
Al estar listas las ensaladas éstas constituyen el comienzo de la picada, preferimos no consumir snakcs, optamos por la picada de quesos, verduras, y fiambres y las mayonesas saborizadas. 
El comienzo del asado, cuando la leña empieza a crujir es un augurio de cuentos, risas, baile y recuerdos familiares que se van sucediendo en el transcurso. Me gusta sentarme en un butaca cómoda, con la copa de vino en la mano, cuando la mesa está lista y todos estamos allí, compartiendo, escuchando el crujir de la leña y sintiendo los primeros aromas que suelta la carne al contacto con el calor de la brasa, la lujuria se despierta y los sentidos anuncian el asado. Cuando está todo listo, me siento ama de casa y mujer y eso me hace feliz, ver a los hombres de la casa en torno al fuego, las mujeres conversando, los niños y los jóvenes esperando la comida y jugando. Ese es un momento de guardar. Adoro cuando llega la pregunta del asador: ¿cómo querés la carne? me siento agasajada. 


Cada uno tiene su forma de hacer el asado, a veces se van colocando las brasas formando un círculo debajo de la parrilla y luego se va llenando el centro, dependiendo del grosor de la carne y el tipo. El asado de tira se hace más rápido que el pulpón. Siempre es bueno que la carne tenga algo de grasa, de lo contrario queda muy seca y dura. No conviene pincharla mucho, porque pierde jugo. Hay quienes salan la carne antes de colocarla en la parrilla y otros luego que ya va tomando punto. Mi papá preparaba en una botella de vidrio, una mezcla con agua tibia, sal gruesa, limón y adobo. Le ponía un corcho con una muesca en un costado y con eso iba rociando la carne mientras la asaba. La altura de la parrilla es algo que debe tenerse en cuenta también, muy baja el asado puede chamuscarse por fuera y quedar crudo por dentro, muy alta puede provocar el efecto de carne cocida y baja la temperatura. La leña que se elija tendrá como resultado distinto tipo de brasa, pequeñas que duran un rato largo, grandes que se apagan pronto; la leña de coronilla es la mejor, la de monte es buena y la de eucaliptos no es la mejor; dicen que con leña de naranjo el asado queda muy rico y perfumado. Es importante que las maderas que se usen no contengan insecticidas (madera curada) porque larga un olor feo y el ahumado de la carne lo toma. El humo es uno de los factores que hacen a la carne asada inigualable, ya que no se obtiene el efecto ahumado de ninguna otra forma de cocción. No recomiendo asar la carne con carbón o encender el fuego con combustibles, esto último además de ser peligroso de manipular cerca del fuego deja un olor a la leña que después se traduce en el humo que llegará a la carne alterando su sabor y haciéndolo nocivo. Hay que ingeniarse para prender le fuego sin combustible. El carbón y los combustibles para el asado son para los haraganes e inexpertos, a ponerse las pilar y encender el fuego de leña. 
Si el asado está bueno, a la hora de comer se hace un silencio que sólo se interrumpe con los "mmm" de los comensales. El vino es el compañero perfecto para una buena carne asada. Los aromas invaden el alma de los comensales y pronto los recuerdos comienzan a emerger como niños después de la siesta. "Te acordás cuando hicimos aquel asado bajo lluvia? y cuando vino apagón en lo del Flaco y terminamos a la luz del fuego? y cuando se nos destapó el frasco de la sal y hubo que lavar todo el asado? y cuando se nos prendió fuego el quincho y con la manguera mojamos toda la mesa con pan y ensaladas y todo? pa!, bueno estuvo cuando le pusimos azúcar en ves de sal... y cuando se emborrachó la tía Aurora que estaba recién divorciada y le dió por cantar y bailar, lo filmamos y después le daba tanta vergüenza que no quería venir jajaja, bueno estuvo cuando el tío Alberto le agarró una nalga a la amiga de mamá pensando que era su mujer porque estaba vestida casi igual, ella le estampó un cachetazo que le dejó el cachete rojo y el tío no sabía cómo disculparse, aunque seguro le gustó jajaja.."
Las anécdotas no faltan y en cada asado se decoran un poco más hasta terminar en cuentos increíbles que todos recuerdan como verdaderos. Las risas, los chistes subidos de tono comienzan en la sobremesa y por supuesto el infaltable ¡APLAUSO PARA EL ASADOR! 

que siga siendo una buena costumbre juntarse a comer un asado!

Gracias! Inviten!

No hay comentarios:

Publicar un comentario