domingo, 3 de julio de 2011

La Polenta, rica con fama de pobre

A mucha gente le da verguenza decir que le gusta la polenta y a otros directamente no les gusta. Cuando uno tiene una mala experiencia con algún sabor, el recuerdo perdura en el tiempo y decidimos que alguna comida no nos gusta y punto. Les aconsejo volver a probar las cosas que no nos gustan cada tanto, porque podemos sorprendernos.


La polenta no goza de buena fama, sin embargo es una comida muy rica y nutritiva y puede prepararse de muchas formas.
Una forma de prepararla:


Un día de mucho frío llego a mi casa después de trabajar, a eso de las seis de la tarde, mucho frío, la naríz y las manos heladas, solo pienso en tomar algo caliente y meterme a la cama. Cuando llego a casa no hay nadie, la casa está helada, soy la primera en llegar. Prendo las luces, la estufa, pongo música y pienso que comería algo que me devuelva la vida, pero no tengo muchas ganas de cocinar... ¡polenta con tuco! 


Me pongo el delantal (me queda tan lindo!) y me sirvo una copa de vino titno, bodega uruguaya, de San José,  un cabernet sauvignon suave y rico, me inspiro.
Pongo dos ollas al fuego, en ambas un chorro largo de aceite y un diente de ajo entero y aplastado con todo y su piel. Pongo un puñado de carne picada (unos 300 gramos) o recortes de carne de cerdo o de pollo, y trocito de chorizo colorado cortado bien pequeño en una olla y de la otra retiro el ajo. En esta última pongo a calentar dos tazas de leche y dos de agua, una hoja de laurel, una pizca de sal y una de pimienta blanca, una rallada de nuez moscada y si quieren un cubo de sabor de esos que vienen concentrados (cuidado con la sal). lo dejo calentarse.
Me tomo un trago de vino, y agrego en la otra olla dos o tres zanahorias ralladas (según el tamaño), una cebolla picada y si quieren un morrón; condimento con todo lo que quiera, pimienta, negra, roja, comino, pimentón, y agrego salsa de tomate a gusto más un poco de agua.
Cuando la otra olla está por hervir, dejo caer una taza de polenta en forma de lluvia y voy revolviendo para que no se pegue, ojo que salta y quema. Hierve un minuto y ya está, apago y retiro el laurel y el ajo.
El tuco hierve un poquito y la está, le dejo caer un chorro de vino, lo tapo y pongo la mesa, si llegó alguien le pido que ralle el queso parmesano o semiduro. Busco unos platos un poco profundos, pongo en cada uno una generosa cucharada de tuco y luego sirvo la polenta, la cubro con abundante tuco cuidando que todos tengan suficiente carne, zanahoria y juguito. 
Mmmm.... siento el aroma... el calor... ya me siento mejor.... vamos a comer!!! un plato de polenta y un vaso de vino y la vida cambia o no? 
Me cuentan como les quedó? 
un abrazo
Eli

2 comentarios:

  1. que rico una variante puede ser con verdura saltada y ricota, mi madre dice que vas a ser una gran aliada, el vinito no va a a faltar =)

    ResponderEliminar
  2. Gracias, si la verdad es que la verdura y la ricota combinan muy bien con la polenta, el secreto es hacerla bien suave y gustosa con manteca, aceite o saborizantes que vienen en cubos. El vino? viene muy bien, y contribuye a esa sensación de calorcito que da un buen plato de polenta en invierno! Un abrazo y gracias,

    ResponderEliminar