sábado, 8 de septiembre de 2012

Los Tallarines y la Toscana



Cuando cocino pienso en la Toscana. 
Imagino la casa de piedra muy antigua, la mesa de roble, grande y gastada, el vino y la pimienta. La cosa más hermosa de la cocina es el molinillo de pimienta. Es la herramienta que abre la puerta de los sabores, la que explota en cada plato, dulce o salado, la veta más hermosa que tiene el ingrediente principal y realza con firmeza a los invitados. Un grano de pimienta en la punta de la lengua es el comienzo de una aventura, y cada plato lo es. En la Toscana entonces, abrí una botella de vino tinto, agridulce, fuerte y con cuerpo de mujer italiana, voluptuoso y cálido, y me serví una copa. Cuando cocino la que manda es la imaginación, así que todo vale. Puse una olla al fuego con un fondo de agua. La dejé hervir y coloqué en ella unos tallarines precocidos que estaban en la heladera, unas cintas anchas de yema caseros.
En un sartén grande y profundo puse repollo blanco cortado en tiras muy finas y molí sobre él granos de pimienta blanca. El olor a la pimienta al contacto con el sartén caliente invadió inmediatamente mi nariz. Con dos tenedores fui removiendo el repollo para que tomara calor parejo sin perder la compostura. Antes de ponerse blando del todo, lo sacamos del fuego, para que no pierda su esencia y mantenga algo de la firmeza. 


Lo serví en un plato grande, cuadrado, dejando libre el centro. En el mismo sartén puse calabaza (calabacín) cortada en tiras finas con cáscara y un chorro de aceite. Y fui 
removiendo 

con la misma intención que al repollo, es decir cocinarlo sin que  pierda su dignidad y también le puse pimienta para que no sintiera recelo. El vino iba dejando en mi boca notas (como dicen los enólogos y lo sommeliers) notas de cosas mágicas, porque no puedo distinguir como ellos si es de ciruela o frutos del bosque (sobre todo porque en mi país no hay bosques, hay montes) pero sí, me doy cuenta que las notas que me deja la primera copa de vino en la boca, se intensifican con la segunda; y me vuelan aún más la imaginación. Porque el vino llena la redondez de la copa como la del alma, y entre los aromas que salen de las ollas, el sabor en la boca y la firmeza o no con que se defienden los alimentos, siento que esa es una parte de la felicidad, un pequeño instante metido en la vida de todos los días que me conecta con todas la brujas que me habitan desde mi primera vida y la otras mujeres que han compartido la historia. 

Mientras el calabacín tomaba un punto adecuado en la sartén, abrí una lata de duraznos en almíbar y corté algunas mitades en gajos pulposos. Cada vez que hago esto no puedo evitar sacar medio durazno con los dedos y llevármelo a la boca intentando no chorrearme. Al poner los duraznos en la sartén, el calabacín se queja pero al rato le gusta y se deja impregnar por el dulzor del jugo. El resultado es agridulce, así que conviene avisar a los comenzales antes de que se sirvan por si no les gusta. Lo cierto es que la calabaza y los duraznos se amigan muy bien en la cocina, así que se deja un ratito nomás en el fuego porque la fruta ya está tierna, es sólo para que se mariden. 
Esta parte de la preparación se sirve en el centro que dejamos libre en el plato del repollo, porque está comprobado que a quien no le gusta el repollo, tampoco le gusta lo agridulce (y si no está comprobado, no importa, para el caso es lo mismo). 

A todo esto los tallarines siguen en el agua caliente. Hay que evitar que se pasen. Se cuelan y se lavan si es necesario con agua caliente. Se colocan en un bol redondo, de vidrio grueso, se le pone un chorro de aceite; si hay de oliva mejor y si no cualquiera, un puñado de queso parmesano rallado y se le desmenuza con los dedos un trocito de queso roqueford (ya sé que es caro, pero con 100 grs. alcanza, así que a no quejarse que son $50); bueno, decía que con los dedos se deshace un trozo de queso roqueford bien oloroso y al terminar es obligatorio chuparse los dedos, para después tomar un buen trago de vino... la combinación explota en la boca y si hay algún grano de pimienta en la vuelta... bueno!... es hora de bailar un rato con la música de turno. Si es un flamenco sirve para unir tierras que de algún modo nos han engendrado, están en nuestra historia, y si  es un tango también, la música que sea vale.

Cuando lo vamos a servir, es bueno usar una cazuela de barro, redonda, o un plato antiguo de la abuela; lo importante es colocar los tallarines primero, bien revolcados en queso rallado, hacer un hoyo y colocar en él una cucharada generosa de cada uno de los preparados. La combinación de sabores es trasgresora, alternan emociones y provocan sensaciones variadas, que sólo se pueden unir gracias al vino. Se podrá apreciar que cada comensal se aísla frente a su plato y se concentra en lo que parece un ritual, nadie habla durante los primeros minutos, cada sabor está haciendo su trabajo en las papilas y el cerebro está ocupado detectando, separando, olisqueando y sobre todo recordando... porque de eso se tratan los olores y los sabores, de  llevarnos de un lado a otro en la historia, traernos eso que solo se siente con los ojos cerrados... el olor a canela del delantal de la abuela, el de vainilla de la blusa de mamá y el aroma de la sopa en la cocina, y el comino... dónde?... dónde se huele el comino?... qué recuerdos ancestrales me trae?.....


Creo que me voy a la Toscana... quién viene?



viernes, 17 de febrero de 2012

La nueva forma de alimentar a los niños



En los últimos tiempos hemos visto dos situaciones por las que pasan los niños de entre 1 y 10 años de edad: no comen nada o comen sin parar. Tenemos niños muy menudos, algunos que parecen demasiado delgados y por otro lado tenemos niños que tienden a ser obesos. La pregunta que nos hacemos es ¿qué estamos haciendo para que eso suceda? ¿Qué podemos hacer para mejorar? 
Para comenzar podemos tratar de escuchar que tienen para decirnos los niños y para eso no hay como quedarse callados. Primero, y es la primera vez que aconsejo esto; NO HABLAR DEL TEMA. Es muy  importante no hacer del tema "alimentación del niño" un tema de conversación en reuniones familiares y escolares. La queja "ay! mi hijo no come nada" o por el contrario "ay! no se que hacer para que no coma tanto". Dejar de hablar del tema en los cumpleaños, en las reuniones, por teléfono con las amigas de la mamá, en la sala de espera del pediatra, en la peluquería y sobre todo en casa cuando está el  niño presente y se habla de él como si no estuviera. (esto a los chicos NO les gusta)
En segundo lugar tratar de escuchar y ver con mucha atención qué trata de decirnos el niño con su actitud y cuál es y cómo es su relación con los alimentos y la cocina.
En tercer lugar y muy importante: COMO ES NUESTRA RELACION CON LA COMIDA. Qué cocinamos, con qué actitud; si nos quejamos todo el tiempo en la cocina diciendo cosas como "soy la esclava de esta casa, si no cocino yo, no cocina nadie" o "tengo que cocinar, no se que hacer, me tiene harta la cocina". Qué alimentos llevamos a la mesa?, donde comemos?, lo hacemos juntos? comemos mirando la TV?; Comemos apurados?, o nos tomamos el tiempo, saboreando, cumpliendo el ritual; qué importancia le damos a la alimentación? comemos cosas que nos hacen bien o es el antojo quien decide que se cocina ¿qué queremos comer hoy? Esto es muy válido cuando estamos muy bien conectados con nuestro cuerpo y podemos oírlo para que nos diga qué cosa necesita comer, pero ese no es el caso de la mayoría de las personas que no tienen idea que el cuerpo tiene mecanismos para saber qué es lo que necesita y en muchos casos lo llenamos de pastillas para una cosa y para otra. Así que quien rige la dieta de la casa es el antojo ¿qué queremos comer? y uno dice "pizza", otro dice "asado", el otro dice "milanesas con papas fritas" y "huevo frito" agrega otro y alguien pregunta "no hay coca cola?" Entonces después nos preguntamos porqué nos enfermamos y cómo es que no nos rinde el dinero.
Después de analizar estos puntos vamos a observar la despensa y la heladera, para ver qué fue lo último que compramos, qué tipo de alimentos priman, si las verduras, los enlatados, las pastas secas, la carne... en fín, ver qué es lo que hemos elegido. Esto nos va a dar una pauta de qué cosas habrá que cambiar en la próxima compra.
En cuarto lugar, DEJAR DE ROGAR "por favor come" o "por favor no comas más" y mucho menos recompensar si lo hace o si deja de hacerlo. En este punto la recompensa directa no genera cambios positivos, lo único que genera es la adopción de una conducta extorsiva que luego será usada en otros ámbitos con  otros fines (afecto, sexo). "Si comés todo te doy un premio" no es una buena manera de cambiar hábitos alimenticios. Por otra parte, los niños son muy astutos a la hora de encontrar los puntos débiles de los padres y usarlos para manipular. La ansiedad de las madres, y la culpabilización de los padres son dos elementos que no escapan al psiquismo del niño que pronto comienza a usar estas dos herramientas para lograr atención, cariño, regalos y permisos.
Cambiar la relación de un niño con el alimento es algo que va mucho más allá del hecho de comer o no; tiene que ver con estrategias de obtención de amor y atención por parte de los padres, con sentimientos de merecimiento que se desarrollan en los primero años de vida, si fueron y cómo fueron amamantados, con los vínculos más primarios, con la mirada de los padres y otros elementos del desarrollo psicológico.
En quinto lugar, CONTROLAR LA ANSIEDAD DE LOS ADULTOS, la disciplina no es algo que se fomente en nuestro desarrollo y así llegamos a grandes sin saber controlar nuestras ansiedades, miedos, curiosidades, deseos de expresar lo que sentimos y hasta las ganas de comer. Hacemos lo que queremos a la hora que se nos antoja, y por lo tanto no sabemos controlar la ansiedad que nos genera que el niño coma o no coma. Los adultos debemos ser capaces de esperar, de no hablar de un tema cuando no es adecuado, de poner un límite cuando viene un tío a llevar a los niños a comer a Mc. Donald o esos lugares de comida. Cuando el niño tiene dos casas: come una cosa en casa de la madre y tiene otra alimentación en casa del padre; y nadie le da importancia al tema porque hay razones que parecen ser más importantes como el factor económico, la comodidad, las discusiones entre los progenitores separados, la intervención de las nuevas parejas con sus intentos de "mejorar" las cosas o por el contrario cuando resulta muy molesto tener que cocinar para "esos niños" que son de la ex. Debemos poder dejar a los niños fuera de las luchas de poder entre adultos y no enseñarles a manipular con estas cuestiones.



EVITAR LAS PREGUNTAS ESQUIZOFRENIZANTES: 

Madre desde la cocina:      - ¿Martín, vamos a comer? 
Martín jugando:                  -"no quiero, no tengo hambre"
Madre alzando la voz:       - "vení para acá que vas a comer igual".

Si vamos a funcionar así, entonces para qué la pregunta. Si el niño dice que no quiere comer a la hora de comer, hay que respetar su deseo, pero hasta la próxima hora de comer no hay nada intermedio. Esta es la mejor manera de que respeten el horario de las comidas y que se sientan respetados en sus deseos, además de aprender responsabilidad sobre sus propias necesidades y acciones. Y si hay que salir, no comprar nada de comer en la calle, NADA,  aunque parezca que el niño va a desfallecer de hambre, no se compra nada hasta llegar a casa y merendar o cenar o lo que sea. Se aconseja llevar una botella con AGUA (NO REFRESCO O JUGO) 
No hay nada más útil para toda la vida que enseñar a los niños que todo lo que hacemos tiene consecuencias, es la mejor forma de comenzar a ser ASERTIVO.

COMO ALIMENTAR A LOS NIÑOS DE HOY


Lo mejor es empezar a VIVIR EXPERIENCIAS DE AMOR EN LA COCINA, de a poco, sin ansiedad y con mucha paciencia.
Comenzar por DISFRUTAR NUESTRA ESTANCIA EN LA COCINA, la de los adultos que cocinamos, mal vamos a poder trasmitir buenos hábitos alimenticios a los niños si nosotros odiamos la cocina o nos resulta indiferente. Comenzar por amar la cocina y lo que hay en ella. Hacer de este espacio de la casa un lugar para estar y disfrutar y allí comienza la aventura.

Cocinar con música, con una copa de vino redonda y fragante, con un delantal bordado de flores o heredado de la abuela, con bolsillos que esconden tesoros. COCINAR CON AMOR.
Invitar a los niños, degustar, oler, picar, pelar, que ardan los ojos, que pique la boca, que se sientan cosas!!!  Aprender a dejarse sentir, a estimular los sentidos, a cerrar los ojos y descubrir con la boca, a lamer, chupar, morder y encontrar la esencia escondida en el corazón de una fruta. A descubrir carozos y semillas y hacer adornos con ellos. Un niño debe tener su banquito y delantal para ir a la cocina con mamá o papá (siempre acompañado de un adulto).
 Ver la elaboración de alimentos es presenciar la química y la física en plena acción, ni hablar de la magia y la alquimia.
Contar cuentos mientras cocinamos, historias viejas, de cuando nosotros éramos chicos, de nuestras madres y abuelas, historias verdaderas y otras inventadas, dejar que el vino suelte el duende de las anécdotas olvidadas y haga venir la risa para llenar la cocina junto con los aromas de sopas, caldos y verduras al son de la pimienta, el comino, clavo de olor y canela. JUGAR, JUGAR Y JUGAR en la cocina.
Comer es un ritual, una fiesta y un placer, no se puede obligar o privar HAY QUE ENSEÑAR A COMER LO JUSTO, ni más ni menos, lo que necesitamos para crecer, para sentir felicidad y estado de paz interior, de amor.
Por lo tanto juntos, vamos a ir encontrando cuánto y qué comer, vamos a ir eligiendo, respetando nuestro cuerpo y el del otro, escuchándolo para saber qué es lo que necesita. Rescatar el olfato en la cocina, saber cuando algo está listo sólo con olerlo... oler, tocar, mirar, escuchar, saborear es la forma de experimentar, de vivir.
Un plato puesto en la mesa a veces no cuenta la historia que tiene detrás, contemos la historia juntos, padres, madres, abuelas, niños y niñeras en la cocina, contando, cantando, danzando.
Y no hay excusas de "no tengo tiempo" "estoy cansado/a". Si no tengo tiempo o estoy cansado para hacer esto, es porque le estoy dando más importancia a algo que no la tiene, me estoy engañando, o no estoy siendo sincero con mis intereses.
Hay gente a la que no le gusta la cocina, bien, mi recomendación: reconciliarse con la cocina, de a poco, ir tomándole el gusto. No tiene que gustarnos a todos, pero seguro en la casa hay alguien a quien le gusta y si no, se puede contratar una cocinera una o dos veces por semana, o invitar a una amiga, abuela, tía, madrina, cuñada.. en fin ...alguien. Hoy día hay muchos hombres a los que les gusta cocinar y lo hacen muy bien, pues entonces hombres a la cocina!


Hasta la próxima!!!! Suerte!




martes, 14 de febrero de 2012

Hacer el amor en la cocina...



La cocina tiene el encanto de toda la casa, es el lugar en el que por excelencia se combinan los cinco elementos: aire, agua, fuego, madera y metal. Decir que es el corazón de la casa es muy cierto, allí late la vida, se cuecen a fuego lento las pasiones, se esconden en tarros bien cerrados los secretos, esos que anidan en los corazones de todos los que pasaron por allí, que se alimentaron y alimentaron a otros en una cadena sin fin por generaciones. En la cocina viven los fantasmas, por que es el lugar más calentito de la casa; las hadas, los duendes y toda otra criatura viva o muerta se da cita en la cocina. La magia, la alquimia, la física y la química se congregan por la noche en las cocinas de todas las casas, para dar inicio a un día lleno de milagros pequeños. Allí se gesta, se concibe y se pare; se da a luz, se transforma una cosa en otra, como una magia, como una obra de Dios. Allí se nace y se muere, se alimenta y se llora, se mata y se da vida. La cocina es el lugar de la Gran Maga, la que amasa y hace leudar el pan, porque lo trata con tanto amor, que la levadura y la harina hacen el amor de forma maravillosa bajo un paño blanco en la intimidad de un bol. 
Es allí, en la cocina, donde pude medir mi crecimiento, y el de mis hijos; pude ver cómo me fui transformando con el paso del tiempo hasta llegar a ser la que soy, y en ese entorno alimenté a personas hermosas que son parte de mi camino de manera tan visceral. 
Creo, que es en la cocina, en medio de provocativas fragancias, entre una nube de vapores aromáticos, una noche de invierno destapando una sopa; digo que es ahí donde se gesta un hijo en el alma de una mujer. Vainilla y leche tibia son como madre y cocina. 


Cocinar es hacer el amor en la cocina. Es una danza sagrada entre ollas y sabores, humos u vapores. Hay que poner el alma, soltar las riendas de la fantasía y entregarse para ofrecer al otro el fruto de nuestro ingenio. Cocinar es amar, por eso es tan bueno.
Eso fue lo que sentí un día que cocinaba algo tan sencillo como arroz blanco con chorizos encebollados. No es liviano y no hace bien al hígado, ni a la arterias; pero es una comida de inspiración que se acompaña muy bien con vino blanco frío, o tinto natural si es invirno; y siempre es como un sacudón.


Compré arroz Don Ruggero variedad Carnaroli, de grano largo y ancho de industria uruguaya, cocinarlo fue un placer, puse una olla grande al fuego con un chorro de aceite generoso, y tiré tres dientes de ajo grandes cortados en rodajas, para hacerlo intenso. Volqué una taza del mencionado arroz y comencé a moverlo con una cuchara de madera. Parecían pequeñas perlas alargadas que iban cobrando brillo, les agregué sal y pimienta y luego dos tazas y media de agua, los dejé hervir y cuando el agua se hubo secado apagué el fuego y dejé reposar un momento, al poco rato lo removí y le puse aceite y jugo de limón. Lo reservé.
Es una delicia este arroz, con una presencia importante en la boca,tierno, es un arroz que se muerde, porque sus granos son panzoncitos, una placer de saborear. 
Los chorizos ya chillaban en el horno, rodeados de sendas rodajas de cebolla y pinchados para que queden más secos. Solo esperar un poco y mientras se terminan los chorizos se macera orgulloso el arroz.
Luego se cortan unos tomates en cuadrados pequeños, se colocan en un bol de barro y se condimenta con aceite, limón y orégano.
Los chorizos se cortan en tabla común rodeado de rodajas de pan crocante de panadería y blando casero. El arroz se sirve en cazuelas con una cucharada de tomates en el medio y una suculenta y redonda copa de vino. La servida implica que todos estemos alrededor de la mesa, que se junten los codos, que se choquen las manos, que estemos cerca como para limpiarle el mentón al de al lado. Risas, bromas, gestos y recuerdos se darán cita en torno a esa mesa, que si es redonda mejor, y cuentan que si se sirve este plato el 21 de julio a la noche, se dan cita en nuestros sueños los guerreros de la  historia, en gloriosas y épicas batallas ancestrales que nos harán despertar cansados y conmovidos.  Vayan probando desde ahora para que  la experiencia no los tome de sorpresa.  


sábado, 11 de febrero de 2012

La sopa que me cambió la vida


Hervir un calabacín y una carcaza de gallina en una olla amplia. Cuentan las brujas que unir estas dos especies en una olla produce magia inesperada. Así que hay que tener cuidado con lo que se piensa mientras se prepara esta sopa, porque sucederá seguro. Cuando la pulpa del calabacín está tierna apagar y dejar reposar. Aparte cortar dos tomates en cubos y colocarlos en un lindo bol que se llevará a la mesa, por lo tanto debe ser elegante. Agregar dos dientes de ajo bien picados y aceite del que gusten. Reservar. 
Aparte rallar cuarto kilo de queso parmesano bien gustoso y colocar en un recipiente de barro, también se llevará a la mesa. 
Cosechar del balcón o el jardín un puñado de perejil y cortarlo bien con cuchilla, disfrutar del aroma que emana y colocar en una cazuelita pequeña.
Ahora retomamos la sopa. Hacemos puré con el calabacin y lo devolvemos a la olla después de retirar la carcaza (se puede usar la licuadora, pero la presencia del zapallo cambia, el puré mantiene sana la fibra). Condimentamos con pimienta recién molida.
Se sirve de la siguiente forma: dos cucharones generosos de sopa en cada plato, colocar en el centro una cucharada abundante de tomate, y llenarse la mano de queso parmesano para ponerlo encima como una montaña. Se le salpica con perejil picado y se entrega el plato a cada comensal que debe encontrar un lugar de la casa adecuado para tomar la sopa y escuchar la historia que se cuenta dentro suyo, llevarse antes una copa de champán, vino blanco espumoso, medio y medio o sidra, porque es el mejor maridaje....
Déjense llevar por la combinación de frío y caliente y crudo y cocido que dan el tomate y el calabacín, con el empujón italiano que da el cuartirolo y la combinación eterna del ajo y el perejil que en la boca se juntan... dejar entrar la pimienta por la venas y suavisar con un buen trago de vino.
No me hago cargo de las consecuencias que puede acarrear tomar ésta sopa en días de luna llena, carnaval o noche de Llamadas... el efecto puede potenciarse.

¿Por qué se llama "La sopa que me cambió la vida"? Es una larga historia que todavía no puedo contar... pero ya viene.... paciencia....

un abrazo y recuerden: la sopa se degusta en cualquier época del año, igual que el helado y el amor....


viernes, 10 de febrero de 2012

Tomates: oro rojo o el rubi de la cocina


El Tomate es una fruta o una verdura, como quieran llamarla, de las más completas que hay en la cocina. Cortarla de la planta, pasarla por un poco de agua fresca y llevarla a la boca es una experiencia refrescante. Es un estallido de sensaciones en el paladar el morder un tomate. Acercar la boca a la suave y tensa piel que lo cubre, sentir la breve resistencia que ofrece al querer morderlo e hincar el diente en la turgente carne que encierra todo su sabor, para recibir en la boca el estallido de jugo y semillas que van a saciar nuestra sed, es un placer que todos podemos darnos. Desde el comienzo de diciembre hasta final del verano los tomates están en su mejor punto, en nuestras latitudes, pero pueden conseguirse todo el año. En todas sus variantes, perita, larga vida, cherry o americano, son ricos y cada uno tiene lo suyo. Los elegimos de acuerdo a la comida que vamos a hacer, aunque todos sirven para todo.
En verano se puede desayunar tomates, almorzar tomates y cenar tomates, no tiene contraindicaciones sus ingesta y es muy refrescante.

JUGO DE TOMATE O GAZPACHO



Se conoce como una preparación de la cocina clásica espñola, pero se consume en muchos otros países y puede hacerse de diversas formas, casi que con lo que hay en el momento en la heladera. Básicamente lleva tomates, un chorro de aceite, una cucharada de vinagre, miga de pan, un diente de ajo y si se quiere una rodaja de pepino, abundante agua y unos trozos de hielo al servirlo. Es sumamente refrescante para quitar la sed y bajar la temperatura corporal. Se puede servir decorado con hojas de perejil o albahaca, según la imaginacíón de quien lo prepare. Es ideal para tomar en una terraza, hamaca paraguaya o almohadones en el piso, con alguien muy alegre que nos acompañe, dicen por ahí que desata fantasías de castillos y reinas que amaban a escondidas... no se, habría que probar...

TOMATES RELLENOS



Es la comida ideal del verano. Los primero tomates rellenos de la temporada se preparan para la cena de navidad, como es tradición en muchas familias uruguayas. En casa, es un plato infaltable para la cena de navidad y la de fin de año, y debo hacer unos cuantos para que queden para el otro día. No hay como un tomate para refrescar el estómago después de una opípara cena en la que pudo haber un poco de alcohol de más (jaja).
Para las vacaciones es un plato rápido y completo y a los chicos les gusta. Cuidado con el relleno, no hay que poner cualquier cosa, las opciones son arroz, atún, mayonesa, papa, puede llevar maíz dulce o arvejas, huevo duro, pollo, jamón.

RELLENO 1: atún, mayonesa, maíz dulce y algo de la pulpa que se saca al vaciar los tomates, no toda; con el resto se prepara un rico y refrescante gazpacho.

RELLENO 2: arroz blanco, huevo duro, maíz dulce y algo de pulpa de tomate.

RELLENO 3: papas hervidas cortadas perqueñas, trocitos de pollo o de jamón, huevo duro (opcional) y arvejas. 

Otras opciones que ustedes quieran con solo dejar volar la imaginación, se puede usar pescado fresco, otras verduras como espinaca para mezclar con el arroz, calabacín, etc.etc. 
Para los tomates rellenos los mejores son los larga vida porque son más parejos y redondos, o los americanos, no les recomiendo rellenar tomatitos cherry jajaja

NOCHE DE LLUVIA O BRUSQUETAS EN LA TERRAZA




En medio de las vacaciones puede haber una nochecita de lluvia de verano, con una hermosa tormenta para ver en el cielo desde la terraza o azotea o la casita de verano o el balcón. No hay nada mejor que acompañar la tormenta con unas BRUSQUETAS y algo de VINO TINTO.
Si nos sentimos inspirados en algún momento del día pudimos haber hecho un pan casero simple y campestre; agua, harina, levadura y sal, que ya está frío. Lo cortamos en rodajas medianas de todo el tamaño del pan y las colocamos una en cada plato. 
Cortamos los tomates en cubos, ajo picado, perejil, albahaca, cebolla y morrón y mezclamos todo como si fuera una criolla. Condimentamos con aceite, vinagre, algo de limón y pimienta. Colocamos una generosa cantidad de esa preparación encima de cada rodaja de pan y acompañamos con una copa de vino tinto.
Nos vamos a la terraza con una bendejita con todo y comemos sentados en el piso disfrutando la tormenta. Cuentan los memoriosos que en el momento en que se desata la lluvia y mordemos un buen bocado de brusqueta, el ajo suelta en la boca su esencia que al juntarse con la magia del vino, desata la verborragia de quien tiene más cosas que contar y se han sabido así los secretos más picantes de la historia.... hummm

ENSALADA PARA ELEFANTES




Hay muchas opciones de preparar tomates. Otra de ellas es hacer una ensalada que sea fresca pero a la vez consistente para aquellos que con una lechuguita no se aguantan todo el día.
Cocinar medio paquete de moñitas o tirabuzones. Colar y pasar por agua fría de la canilla para que detengan la cocción y queden al dente. Colocar en una fuente amplia. Cortar los tomates en cubos, queso muzzarella también en cubos y albahaca o perejil, aceitunas verdes en rodajitas y condimentar con aceite.
Mezclar esta preparación con los fideos ya fríos y servir. Se acompaña bien con vino blanco helado y es bueno para las reconciliaciones, para lo cual se aconseja espolvorear el plato con pimienta cayena recién molida y llevarlo a la mesa con un lindo mantel, si es de noche, poner velas y quemar esencia de naranja. Un secreto: destapar el frasco del comino, que no se usa para esta receta, pero sí despierta los instintos....

Comer tomates es un placer y son ideales para ayudar a los niños a comer verduras. Por su color, sabor y textura son bien aceptados y dan posibilidad de jugar a gusto. Les aconsejo comprar un kilo de tomates cherry y sentarse en el piso con los niños a disfrutatr de morder esas pequeñas bolitas rojas y dulzonas que explotan en la boca derramando su sabroso elixir....
Si no tienen niños todavía, pueden llevar un bol de tomatitos cherry a la alcoba.... en fin... dejen andar las fantasías.....






lunes, 10 de octubre de 2011

manzanas en camisón...


Una receta muy antigua que me llega de mi abuela, es ésta, la de las manzanas en camisa. Resulta un postre romántico y rico para servir en una mesa especial. Vamos a elegir ocho manzanas verdes bien bonitas (si los comensales son más, hacemos más manzanas, queda claro) que estén firmes y en excelente estado. Con cuidado les cortamos el cabito y le sacamos el centro donde tiene las semillas cuidando de mantener la manzana entera. Las reservamos. Realizamos una masa de hojaldre simple, o compramos masa para empanadas hojaldrada para horno. Colocamos una manzana en cada tapa o cortamos cuadrados de la masa. En el centro de cada manzana ponemos una cucharada de miel y una cucharada de una mezcla de canela y azúcar rubia con una pizca de pimienta. Envolvemos cada manzana con la masa llevando los bordes hacia arriba. Si hicimos masa casera vamos a tener excedente y vamos a cortar unos redondeles pequeños que vamos a colocar encima del la unión de la masa. Colocamos cada manzana en la asadera y llevamos a horno hasta que la masa esté dorada. Una vez frías la pintamos con un almíbar espeso o las bañamos salsa de caramelo al servirlas. Se pueden acompañar con una bola de helado de crema, vainilla o limón. Es un postre fresco, muy elegante y muy rico! A probar!



MASA DE HOJALDRE SIMPLE

Esta masa me la enseño mi suegra y me ha redituado placer y dinero, ya que es muy rica, siempre sale bien, y es muy fácil de hacer. Además durante tres años consecutivos preparaba cuatro masas de estas por día para mi tienda de comida, puede rellenarse salada o dulce y pueden hacerse tartas, tortas, empanadas, alfajorcitos salados y strudell de frutas. Es una masa muy noble, ahí va la recete, Gracias Suegra!

Ingredientes:
1 huevo
10 cucharadas de aceite
10 cucharadas de agua
1 pizca de sal
2 cucharadas de polvo de hornear
2 cucharadas de almidón de maíz
2 cucharadas de aceite extra
1/2 k de harina (aprox. puede llevar un poquito más)

Vamos a colocar en un bol el huevo ligeramente batido, las diez cucharadas de agua y las de aceite. Mezclar. Salar a gusto. Vamos a ir vertiendo el harina hasta unir los ingredientes y que se despegue de los lados del bol. No se amasa. Vamos a dividir la masa en dos partes. Estirar una parte sobre una mesada, lo más fina que sea posible. La vamos a untar con aceite y espolvorear con la mezcla de una cucharada de polvo de hornear y una de almidón de maíz. Les aconsejo usar para esto un colador pequeño y golpear con el dorso de la mano para que caiga mezclado y parejo. Vamos a hacer un rollo con la masa como para tallarines y luego doblar en tres partes. Reservamos. Hacemos el mismo procedimiento con la otra mitad de la masa. Dejamos reposar unos quince minutos y luego le damos a cada parte el tamaño y la forma que se desee. Si vamos a hacer empanadas, nos van a quedar muchos recortes, para volver a usarlos no se debe amasar, sino colocar un trozo encima de otro para no romper el hojaldre. Si repetimos mucho este proceso la masa comienza a quedar dura. 

Es cuestión de tomarle el punto y aprender a reconocer la textura de la masa cuando está lista, y tratarla con amor para que el resultado sea el esperado. Esta es una receta para adoptar y no dejar de hacer nunca. Yo obtuve muchas ganancias con ella, en pascualina, torta de zapallitos y queda muy buena para la torta de fiambre. El secreto es no amasarla demasiado y usar una harina bastante refinada.
Suerte!